Habemus Papam
Por el Dr. Mario Caponnetto
Su nombre, León XIV.
Apareció en el balcón de la loggia vestido de Papa luciendo la museta roja y la estola, signos de la dignidad papal. No dijo, Buenas tardes sino La paz esté con vosotros, aclarando que esas fueron las primeras palabras que Jesús Resucitado dirigió a sus discípulos. Además, tomó un nombre de resonancias ilustres, desde San León Magno hasta León XIII el Papa que condenó al comunismo y al liberalismo y tuvo la visión del ataque del demonio a la Iglesia. No se hizo bendecir por el pueblo, sino que impartió solemnemente la bendición a la multitud en un impecable latín. Terminó sus primeras palabras con el rezo del Ave María.
¿Basta esto para pensar que restaurará la Fe de la Iglesia, que condenará los errores y las herejías que hoy laceran el Cuerpo Místico de Cristo, que reparará las injusticias del nefasto pontificado anterior? No, de ninguna manera. Aunque esperamos vivamente que esto suceda.
Hay en su pasado cosas que preocupan, por decir lo menos. Su línea pastoral es progresista; pesan sobre él graves acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales (tal vez no sean ciertas); pero, sobre todo, fue hasta su elección Prefecto del Dicasterio de los Obispos, es decir, el responsable de los desastrosos nombramientos episcopales de Francisco, a la vez que de las injustas “cancelaciones” de tantos obispos buenos y ortodoxos. Además, entusiasta de la Sinodalidad y de la Iglesia “inclusiva”.
Sus primeras palabras y la elección de su nombre han dado lugar a interpretaciones opuestas. Un buen sacerdote, el P. Santiago Martín, ha dicho que habló más de la comunión que de la Sinodalidad y recordó que el Papa León XIII no solo promulgó la Encíclica Rerum Novarum, sobre la cuestión social, sino el que ordenó invocar al final de cada misa la protección del Arcángel San Miguel ante la visión de una Iglesia asediada por los demonios.
Pero, por otra parte, algunos ya han dicho que el nombre de León no es por León XIII sino en homenaje a fray León, el mejor amigo de San Francisco de Asís. Habría, pues, una continuidad con el “francisquismo” que soportamos durante doce años. Quizás el nuevo Papa aclare los motivos por los que tomó el nombre que tomó. O quizás, no: entonces seguirán en pie dos interpretaciones distintas.
No obstante, aun entre los que piensan que el nombre adoptado es en memoria de León XIII, hay quienes interpretan que esto se debe exclusivamente a que ese Papa inició la Doctrina Social de la Iglesia. Lo que estaría muy bien; solo que a la hora de referirse a la Rerum novarum la tergiversan. Hemos oído a un sacerdote afirmar que León XIII fue el Papa de las grandes novedades, de la apertura a las cosas nuevas… Si este sacerdote hubiera alguna vez leído la Encíclica de León XIII sabría que no es exactamente así. Lo que el Papa señala es que el afán de novedades ha traido nuevas cuestiones relativas a la economía y a la situación de los obreros; pero lejos de “abrirse” a esas novedades León XIII las aborda desde la más genuina tradición de la Iglesia condenando las ideologías que están detrás de ese “afán de novedades” y señalando como único camino un regreso a la constitución cristiana del orden social. Así lo dice expresamente en el número 21: “Si hay que curar a la sociedad humana, sólo podrá curarla el retorno a la vida y a las costumbres cristianas, ya que, cuando se trata de restaurar las sociedades decadentes, hay que hacerlas volver a sus principios”.
Pues bien, si las palabras del Papa suscitan tan dispares interpretaciones es que, lamentablemente, seguimos en la ambigüedad. No decimos, empero, que las palabras del Santo Padre sean en sí mismas ambiguas: solo que no son lo suficientemente claras. Esperemos que las aclare y termine con esta verdadera peste de la ambigüedad que tanto daño ha hecho y hace a la Iglesia.
En lo personal, León XIV nos impresiona como un hombre de Dios, antes que como un hombre del poder o un ideólogo animado de un espíritu revolucionario.
Es muy pronto para sacar conclusiones. Solamente expresamos algunas de las primeras impresiones e inquietudes que nos han surgido ante el nuevo Papa.
León XIV es nuestro Papa. Recemos por él: Oremus pro Pontifice nostro. Leone. Dóminus conservet eum, et vivíficet eum, et beatum fáciat eum in terra, et non tradat eum in ánimam inimicorum eius. Amen.
Mario Caponnetto
Mar del Plata, 08 de mayo de 2025,
Festividad de Nuestra Señora de Luján
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